Escrito por Fernando León
Última actualización: 23/12/2022

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Fernando Leon Consultoremociones en el turismo del vino

El enoturismo es una de las experiencias más emocionantes y gratificantes de los viajes.

Ya sea una visita rápida a un viñedo cercano o una exploración completa de las rutas del vino de una región, el enoturismo tiene el poder de transportarnos a paisajes impresionantes y darnos la oportunidad de conocer la cultura única de una región a través de sus vinos locales.

Pero el enoturismo no consiste sólo en los vinos.

Se trata de crear experiencias que evoquen emociones y recuerdos poderosos.

Se trata de conectar con la tierra y sus gentes y de permanecer en el momento presente.

Por eso es esencial comprender cómo utilizar las emociones en el enoturismo. Vamos a ver cómo aprovechar las emociones para que las experiencias enoturísticas sean más memorables y significativas.

Aprovecha el poder de la vista y el oído

La vista y el oído son sentidos poderosos que pueden utilizarse para crear experiencias enoturísticas impactantes.

Piensa en una experiencia memorable que hayas tenido con el vino y en las imágenes que te vienen a la mente: el paisaje que rodea un viñedo, el murmullo bajo de la conversación en una sala de degustación, el tintineo de las copas brindando por un momento compartido.

Estas imágenes crean emociones poderosas que perduran mucho después de que haya pasado la experiencia.

Cuando crees una experiencia enoturística, recuerda utilizar la vista y el oído para evocar emociones.

Por ejemplo, si diriges una visita guiada de cata de vinos, puedes utilizar una iluminación especial y música suave para crear un ambiente cálido y acogedor.

O, si estás creando una experiencia de visita a un viñedo, puedes utilizar una combinación de imágenes coloridas, sonidos de la naturaleza y una narración suave para atraer a los visitantes.

Céntrate en los detalles

Los detalles importan a la hora de crear experiencias enoturísticas memorables

Los pequeños detalles, como una copa de vino única para cada invitado o una bebida exclusiva para la mesa de degustación, pueden hacer que una experiencia enoturística pase de buena a genial.

Prestando atención a los detalles, puedes crear una experiencia que tus invitados recordarán durante años.

También puedes centrarte en la experiencia sensorial dando a los invitados la oportunidad de explorar los aromas y sabores del vino.

Por ejemplo, puedes ofrecer una selección de diferentes tipos de quesos y panes para maridar con el vino, o suministrar aceites perfumados y especias para ayudar a los invitados a explorar los matices de cada copa.

Dale una historia a la experiencia

Las mejores experiencias enoturísticas tienen una historia: cuentan la historia de la tierra, los viticultores y las personas que hay detrás del vino.

Cuando crees una experiencia enoturística, asegúrate de contar a los visitantes la historia del vino. Cuéntales la historia de la región, los suelos y el clima únicos de los viñedos, y la historia y la pasión de las personas que están detrás del vino.

Las historias pueden contarse de muchas maneras: desde conversaciones y conferencias hasta visitas guiadas, catas y mucho más.

El turismo de vino lo hacemos personas y a las personas nos mueven las emociones.

Digo esto porque relacionado con el enoturismo oí decir en un foro de turismo del vino a Juan Graña, experto en neuromarketing, que el 85% de las decisiones que tomamos las personas son basadas en las emociones.

Entonces, tienes un producto que es enoturismo o turismo del vino y lo quieres vender.

El enoturismo es turismo y el turismo conlleva ocio, cambio de rutina, desconexión, etc. Es decir, el enoturismo está estrechamente ligado a las emociones.

Si como hemos visto, el 85% de las decisiones de compra son emocionales y tu producto está ligado a las emociones, debes tener en cuenta que te interesa utilizarlas para atraer y para conquistar.

Puedes emplear emociones para vender tu enoturismo y para conquistar a tu cliente una vez le hayas captado. En otras palabras, las emociones en el turismo del vino puedes utilizarlas para atraer y darte a conocer (desde fuera) y también para conquistar y fidelizar a ese cliente al que has atraído (desde dentro).

Emociones para atraer a tu cliente de enoturismo

Parto de la base de que en muchas ocasiones ni siquiera el turista sabe qué es lo que le emociona aunque crea que sí.

Dicho esto parece una osadía que yo pretenda decirte qué emociones atraen a tu cliente, eso lo estudia el neuromarketing y hay expertos que pueden explicarte muchas más cosas y mucho mejor que yo, pero como no te voy a dejar así trataré de convencerte de la importancia de que emplees las emociones para atraer a ese enoturista al que quieres captar y conquistar.

Oí también decir a Juan Graña que nuestro cerebro tarda una media de 2,5 segundos en tomar una decisión de compra. No en comprar sino en saber si algo le atrae, si le deja indiferente o si lo rechaza.

El #enoturismo es turismo y el turismo conlleva ocio, cambio de rutina, desconexión, etc. Es decir, el enoturismo está estrechamente ligado a las #emociones. Share on X

Se trata de una decisión a menudo inconsciente. Y esos 2,5 segundos son cruciales para emocionar, para activar esa parte del cerebro que decide. ¿Cómo te interesa presentar tu turismo del vino, como todo el mundo, como el resto de las bodegas porque al turista le gusta ver “lo típico”, o de forma diferente impactando en tu público objetivo?

Fíjate si son cruciales esos 2,5 segundos de los que te hablaba: ¿Cuántas veces has visto un plato de algo y, sin haberlo probado, lo rechazas nada más verlo porque no te va a gustar?

No lo has olido, ni lo has probado, pero de forma inmediata sabes que no te va a gustar. Has tomado la decisión de no tomarlo sin que nadie te haya hablado de sus bondades, no lo necesitas porque la decisión está tomada, ¿verdad? Esto los niños lo hacen casi a diario: “no me gusta” (y no lo ha probado), ¿te suena?

Acabo de estar unos días fuera, tomé la decisión del hotel en el que quería estar nada más verlo en internet, fue un flechazo. Seguí buscando pero sabía en todo momento que ya tenía elegido el hotel. Seguro que a ti también te pasa.

¿Cómo puedes generar emociones en el turismo del vino para que tu público decida visitarte?

Fernando León Consultor de Bodegas

Ante todo debes tener bien definido al público al que de diriges, y transmitirle lo que le gusta.

Utiliza buenas imágenes, con personas disfrutando, no necesariamente posando, con sonrisas (naturales, nada de la típica de anuncio de dentífrico), con diversión si le interesa al público al que te diriges, con relajación si es eso lo que busca tu público, con gastronomía, con exclusividad, etc.

Imágenes y/o vídeos siempre acordes con los gustos de tu público objetivo. Cuando vemos una sonrisa tendemos a sonreír, cosa de las neuronas espejo.

A veces veo ofertas de enoturismo cuya diferencia entre una y otra la tengo que averiguar con las gafas de cerca.

Tengo que leer porque a simple vista nada hace que me decante por una o por otra puesto que ninguna de las dos me transmite ninguna emoción: ERROR porque las emociones ayudan a que el cliente se decante por una o por otra, y hacen que el precio no sea el factor determinante. Muy importante si no es el turista low cost el cliente que te interesa.

Emociones para conquistar y fidelizar a tu cliente del turismo del vino

Una vez hayas captado al enoturista y te viviste puedes utilizar las emociones en el turismo del vino para conquistarle, fidelizar, que al salir sepa que ha dado con la bodega que realmente le va.

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  • Utiliza los sentidos, cuantos más mejor. En tu bodega tienes la baza del olfato, ese olor a vino que te llena nada más llegar es único y casi exclusivo del enoturismo. Ojo porque he visitado bodegas donde no he percibido el olor a vino más que en la copa.
  • Lenguaje no verbal: acorde a tu público. El enoturismo de éxito consigue que establecer lazos emocionales con el enoturista, se hacen “amigos”, y en eso tiene también mucho que ver el lenguaje no verbal que transmite proximidad, familiaridad, afectividad, naturalidad, hospitalidad.
  • Estilo de vida: en la visita a tu bodega el enoturista se tiene que sentir a gusto, cómodo, en su salsa. Debes conocer muy bien el perfil de tu público para transmitir ese estilo de vida que le gusta, al que aspira o el que tiene. No es lo mismo diseñar experiencias para un público que viene vestido de deportista y con su mochila a pasar el día con su grupo de amigos y ponerse finos de comer y beber que diseñar experiencias para un público de gustos refinados, por ejemplo.
  • Oratoria: para transmitir emociones tienes que dominar el arte de hablar en público. Muchos sostienen que nada como que sea el propietario de una bodega familiar, por ejemplo, quien atienda a las visitas. No estoy de acuerdo, al menos no siempre. El hecho de que sea el bodeguero no implica que sepa transmitir emociones para el turismo del vino, ni que sepa hablar en público, por ejemplo. Te conviene apostar por un relaciones públicas muy profesional que sepa adaptarse a tu público con soltura y naturalidad y que sea capaz de emocionar. Te dejo algo más de información si quieres saber cómo atraer ENOTURISMO a la BODEGA FAMILIAR.
  • Mensaje: Atención: no es obligatorio contarle a todo el que te visita por dónde entra la uva, dónde y cómo tiene lugar la fermentación maloláctica, cómo limpias los depósitos, etc. Habrá a quien le interese, pero si ha visitado más bodegas terminará hasta el gorro de oír siempre lo mismo, y estarás conmigo con que poco componente emocional tiene para el turista.

Sí puedes hablarle del placer que puede dar ese vino, cuándo es buen momento para tomarlo, por qué se aprecia mejor en copa que en vaso (y que lo compruebe ahí mismo), háblale de la cultura del vino en la zona, pregúntale qué siente y hablad entre vosotros (que no sea un monólogo), comentad las ventajas que supone para la población local que esa bodega esté ahí.

Cuéntale detalles que sí puedan aportar valor y que le resulte útil, divertido o curioso a tu cliente. Los depósitos de acero son muy interesantes sobre todo para ti, pero a quien debes conquistar es a tu cliente y tenéis objetivos diferentes.

Piensa: cuando te compras un ordenador ¿qué es lo que buscas en la tienda, sus funcionalidades o que te expliquen el proceso de fabricación?

“Los productos no valen por lo que son sino por lo que significan” Palabras también de Juan Graña, hoy le estarán pitando los oídos 😉


Si piensas en lo que dice una bodega y otra en su visita verás que lo que cuentan es calcado: un paraje singular, trabajo duro, empeño, ilusión, unos vinos excepcionales, con personalidad, con alma … eso lo dicen todas, ya lo hemos oído. ¿Piensas que tu cliente va a salir de tu bodega impactado por lo que le has contado?

Te interesa dar un significado a tu historia, a tu experiencia. No solo contar lo que haces y lo que hay, sino lo que puede significar para tu cliente, lo que le puede aportar. Por qué ese turista o enoturista que ha ido a visitarte está de enhorabuena por haberte elegido a ti.

Las emociones nos ayudan a memorizar las experiencias. Cuando hablamos de fidelidad hablamos de conexión y de relación en el tiempo, que es lo que buscas.

Me gustaría que te quedases con esto: Con una buena conquista tu cliente entrará como turista y saldrá como enoturista, saldrá vinculado a ti, a tu marca y a tu bodega. Y una buena conquista se consigue con emociones, no con datos.

Haz que sea única y memorable

Las mejores experiencias enoturísticas son únicas y memorables.

Para que tu experiencia destaque, piensa con originalidad y experimenta con ideas y actividades creativas.

Por ejemplo, puedes ofrecer una comida especial en el viñedo u organizar una cena privada de maridaje para un grupo selecto de invitados.

También puedes organizar actividades especiales como talleres de mezcla o catas interactivas para que los invitados tengan una experiencia práctica con el vino.

Decidas lo que decidas hacer, asegúrate de que sea algo especial y memorable.

Conclusión

En su esencia, el enoturismo consiste en crear experiencias que evoquen emociones y recuerdos poderosos.

Aprovechando el poder de la vista y el oído, centrándose en los detalles y dotando a la experiencia de una historia, puedes crear una experiencia enoturística que tus invitados recordarán mucho después de haber regresado a casa.

Así que la próxima vez que crees una experiencia enoturística, recuerda utilizar las emociones para hacerla más memorable y significativa.

El enoturismo lo hacemos personas y a las personas nos mueven las emociones.

Experto en negocios online, marketing digital y fotógrafo, con más de 25 años de experiencia en la industria. Su trayectoria recorre el marketing de afiliación, marketing digital, creación de sitios web en línea y consultor digital vinícola.

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